martes, 9 de agosto de 2011

LA ÚLTIMA PALABRA: EL CONURBANO BONAERENSE

Ante la cercanía de las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias que se realizarán por primera vez en nuestro país el próximo domingo 14 de agosto, vale la pena hacer eje en algunos puntos importantes. Allí se realizará el sondeo previo más importante de cara al 23 de octubre, día en el que muchas fuerzas seguramente estarán definiendo como "la madre de todas las batallas".

Las elecciones provinciales efectuadas hasta el momento ofrecieron algunos indicios sobre el comportamiento electoral de gran parte de los ciudadanos del país. En muchas provincias ya se eligieron autoridades provinciales y en muchos casos, tanto el Frente Para La Victoria como algunos partidos de la oposición se encargaron de "nacionalizar" las consecuencias de cada elección, de acuerdo a los resultados finales de las mismas. Las visitas del ministro del interior Florencio Randazzo al búnker de cada candidato kirchnerista que resultó vencedor fueron muestras elocuentes del gobierno nacional por teñir los triunfos con un tono de victorias con carácter nacional. Lo cierto es que cada victoria de los candidatos se produjo en muchos casos en distritos con muy poca incidencia en el padrón nacional. Hasta el momento, los grandes triunfos del kirchnerismo quedaron sellados en Catamarca (0,6% del padrón nacional), La Rioja (0,6%) y Misiones (2,52%) . El caso salteño fue el más polémico: El aplastante triunfo de Juan Manuel Urtubey (en un distrito que representa el 2,8% del padrón) dejó en la boca del gobernador reelecto declaraciones tales como "El pueblo de Salta ha elegido un gobernador, no a un delegado del gobierno nacional". El triunfo de gobernadores "aliados" al kirchnerismo (venciendo inclusive a listas oficiales del Frente Para La Victoria) en provincias como Neuquén (1,4% del padrón) y Tierra Del Fuego (0,34%) también evidencian números de poco alcance a nivel nacional.

El triunfo de fuerzas opositoras en tres distritos muy importantes, se encargaron de encender una luz de alarma en las filas que apoyan la reelección de la presidente Cristina Fernández de Kirchner. El contundente triunfo del macrismo en la ciudad autónoma de Buenos Aires (que aglutina el 8,6 % del electorado nacional, representando el tercer distrito), la clara derrota sufrida en la provincia de Santa Fe (representa el 8,5% del padrón, cuarto distrito) y la gran "ausencia" del kirchnerismo en las elecciones cordobesas (8,7%, segundo distrito electoral según censo 2010 ) se encargaron de opacar el implacable exitismo que rodeaba a la esfera del oficialismo nacional. También resultaron muy sugestivas las inclinaciones de los votantes que residen en las grandes ciudades-capitales de nuestro país. El Frente Para La Victoria fue rechazado en Rosario, Capital Federal y en la capital cordobesa.

Sería una gran falacia interpretar estos números con gran apuro y poder estimar algún tipo de presagio sobre lo que pudiera ocurrir en el próximo domingo. Todavía no se ha registrado la opinión del mayor "gigante electoral": La provincia de Buenos Aires. Allí se ubica el primer distrito electoral (37,5% del padrón nacional). Pero la distribución de los votantes no es pareja a lo largo y a lo ancho del territorio, porque el 60% de los votantes bonaerenses residen en el gran conurbano bonaerense, esto es, en las zonas más aledañas a la capital federal. El resto se encuentra bastante disperso en el interior de la provincia y representa la franja de votantes que mayormente se dedica a tareas rurales.

Los más de 10 millones de votantes que emitirán su sufragio dentro de las fronteras de la provincia de buenos aires decidirán una vez más el resultado final de otra elección, tal como viene ocurriendo desde 1983. Con respecto al conurbano bonaerense caben destacar dos aspectos muy relevantes , tanto demográficos como políticos. El primero es que solamente el partido de La Matanza concentra más de 1.250.000 electores (casi el equivalente a todas las provincias de la patagonia). El segundo es que tanto dicho municipio como otros importantes distritos del gran conurbano bonaerense (José C. Paz, tres de febrero, Merlo, Tigre, Ituzaingó, Florencio Varela, Ezeiza) son administrados políticamente por jefes comunales que responden al gobierno de la Presidente. La suma de electores de los distritos mencionados dejan cifras cercanas al total de La Matanza, lo cual no es un dato menor. Pero habrá que tener muy en cuenta que las relaciones entre los "barones del conurbano" y la primer mandataria no han pasado por su mejor momento, primero desde la intención del gobierno nacional de dar efecto a las polémicas "listas colectoras" (para sumar en cada distrito votos de fuerzas que no pertenezcan al kirchnerismo, desafiando así la hegemonía de los jefes comunales) hasta el armado de las listas , en donde el gobierno privilegió la ubicación de los jóvenes militantes que pertenecen a la agrupación "La Cámpora"

Las elecciones presidenciales que llevaron a la victoria de Cristina Fernández de Kirchner también se habían definido en los distritos que representan a la primera sección (Campana, Escobar, Pilar, Moreno, Marcos Paz , Las Heras, Luján, General Rodríguez, Mercedes, Suipacha y Navarro) y a la tercera (Lobos, Cañuelas, San Vicente, Presidente Perón, Brandsen, Ensenada, Berisso, Magdalena y punta indio). Por supuesto que ello ocurrió meses antes del estallido del conflicto de la resolución 125 , que marcó un importante desencantamiento del sector rural hacia la presidente (sobre todo en una provincia de intensa actividad agro-ganadera como Buenos Aires). Como consecuencia directa el kirchnerismo sufrió una importante derrota en las elecciones legislativas del 2009, en un distrito en donde hasta ese momento había cosechado victorias aplastantes sobre sus adversarios. En ese momento, Unión-PRO (la fuerza que resultó vencedora, llevando como cabeza de lista a Francisco De Narváez) logró hacer una gran elección en el interior de la provincia, como en Carmen de Areco (sacó el 51,7% de los votos) y Necochea (50,1%). Aunque el tiempo se encargó de terminar jugando en contra de los buenos armados opositores que se habían registrado: El acuerdo De Narváez-Macri-Solá se disolvió y De Narváez terminó fusionando a su fuerza con el radicalismo, apoyando la candidatura presidencial de Ricardo Alfonsín. Previamente, el diputado radical no pudo evitar la ruptura del Acuerdo Cívico y Social (se había consagrado como la tercera fuerza bonaerense), que culminó con Elisa Carrió como candidata presidencial por su partido, la Coalición Civica. Y con Margarita Stolbizer distanciada de Carrió y acordando con el Frente Amplio Progresista de Binner, al cual representará en estas elecciones primarias como precandidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires.

El panorama no se presenta fácil para nadie. La presidente espera conservar su hegemonía en la provincia de Buenos Aires, sabiendo que allí puede sentar una gran diferencia sobre el resto del país. Sabe que el actual gobernador Daniel Scioli es garantía asegurada de un enorme caudal de votos. Pero las tres derrotas consecutivas en distritos de alta importancia seguramente significan una gran advertencia para ella. Por su parte, Alfonsín espera recuperar lo perdido en Córdoba a través de los votos que el gran vencedor del 2009 (De Narváez) podría aportarle con la lista de Unión para el Desarrollo Social (UDeSo) en las complicadas tierras bonaerenses. Duhalde logró arrancar de las filas oficialistas al intendente de Malvinas Argentinas (Jesús Cariglino) y negocia con un amplio espectro de dirigentes bonaerenses en aquel lugar en donde supo cosechar en su momento ocho años de un implacable poder.

Millones de argentinos decidirán el resultado de las elecciones del domingo. Pero la última palabra y el veredicto final, lo tendrán los electores del conurbano bonaerense. Así fue desde 1983 y seguirá siendolo por mucho tiempo más.