El reloj apenas había clavado sus agujas a las 20.00 hs. Todavía se desconocía cualquier tipo de datos oficiales. Las cadenas televisivas de noticias revelaban un claro triunfo de Macri a las 18 horas, momento en que cerraron los comicios. Daniel Filmus salió junto a su compañero de fórmula Carlos Tomada a reconocer la derrota. En el búnker kirchnerista primaba un clima de desolación y de tristeza. Sobre todo en los rostros de quienes tuvieron que hacer el trabajo sucio de afirmar lo que nadie quería: Otro fracaso más del kirchnerismo en tierras porteñas. Filmus no podía disimular el dolor de haber sido vencido nuevamente por el actual Jefe de Gobierno porteño. Su discurso ante los medios estuvo centrado en la apelación al "mea culpa" y a cargar en su propia espalda todo el peso de la derrota. También felicitó a Mauricio Macri y a quienes lo votaron para que siguiera gobernando por cuatro años en la Capital Federal. El clima dentro del microcosmos kirchnerista distaba mucho de aquel que envolvía la conferencia de prensa del mismo Filmus hace cuatro años, con un discurso menos humilde y rodeado de los funcionarios del gobierno nacional en el escenario.
Pero la gran sorpresa la dió el mismo Filmus cuando sobre el escenario declaró : "Cristina llamó a Macri para felicitarlo". Por supuesto que era la primera de las grandes frases de la noche. Luego fue el jefe de gobierno reelecto quien empuñó el micrófono en pleno festejo desde su búnker ,primero para agradecer el apoyo de la gente y asegurar que la del PRO era "la victoria de una nueva forma de hacer política". Pero también accedió a agradecer públicamente el llamado de la presidente, valorándolo como un gran gesto hacia su persona
De esta curiosa actitud de la presidente pueden desprenderse infinitas lecturas. Su saludo personalizado al vencedor indiscutido de uno de los principales distritos del país puede ser considerado como la excepción a la regla. Hay que tener en cuenta que la primera mandataria no hizo lo mismo con el ganador de las elecciones santafesinas, el gobernador electo Antonio Bonfatti (recibió el saludo presidencial pero indirectamente, a través del ministro del interior Florencio Randazzo). Pese al rol de opositores que comparten el jefe de gobierno porteño y el nuevo gobernador santafesino, es destacable que la victoria del primero fue mucho más contundente y en un escenario mucho más sensible para el gobierno nacional. La señal que fue emitida desde la casa rosada plantea un escenario "imaginario" de posible diálogo entre ambos líderes (hasta el momento) antagónicos. Pero es más que pertinente revisar el "historial" de los llamados de diálogo que hizo el kirchnerismo ante eventuales derrotas. El único fue registrado el 10 de julio del año 2009, cuando la presidente convocó a todos los partidos políticos tras la gran derrota sufrida en las urnas para las elecciones legislativas del 28 de junio de ese mismo año. Luego el panorama no fue demasiado alentador: La discusión entre el gobierno y los sectores más importantes de la prensa se intensificó con la sanción de la ley de medios impulsada por el oficialismo, también con la polémica de los decretos de necesidad y urgencia firmados durante el receso del año 2010 para saldar endeudamientos externos que generó una gran tensión entre el gobierno y la justicia y la implementación del "Fútbol para todos" , cuya transmisión le cuesta al estado cerca de $1.300.000 por año.
Por estas horas, seguramente Macri estará evocando la famosa frase del recordado clásico literario escrito por William Shakespeare , "Hamlet" : "Ser o no ser, esa es la cuestión". Más allá de la importante necesidad de diálogo que debería entablarse entre Macri y la presidente (por el bien de todos los ciudadanos porteños), es lógico que dentro de este contexto de "dialoguismo" estratégico impulsado por el kirchnerismo, deberá surgir un importante exámen del jefe de gobierno porteño hacia el escenario nacional. La pelota está de su lado, y debe elegir entre "Ser" un líder que podría volcar la elección a favor de cualquiera de los candidatos opositores o simplemente "no ser" , dejar que todo fluya con normalidad, abriendo canales de diálogos con el kirchnerismo, llamando a completa libertad de acción para octubre y esperando el curso de los acontecimientos sentado con total tranquilidad en su despacho. Esta victoria fue contundente y no resultaría una exageración considerar que el líder del PRO cosechó una muy alta imagen positiva, que en estas horas podría estar superando inclusive a cualquiera de los precandidatos presidenciales que se encuentran divididos en diferentes fuerzas de la oposición. Esto también obliga al ejercicio de la memoria por parte de la dirigencia PRO: En el año 2007, su jefe conquistó dos victorias contundentes y accedió sin sobresaltos a la jefatura de gobierno. Pero al momento de las elecciones nacionales, ofreció un frío apoyo a la candidatura presidencial de Ricardo López Murphy en la ciudad y llamó a libertad de conciencia al resto de los militantes del país. El resultado fue muy negativo, su candidato apenas fue votado en su distrito, no pudo sumar muchos diputados al congreso y ninguno de sus aspirantes al senado pudo ingresar a la cámara alta.
Macri oyó una voz en el teléfono, tal vez la que menos esperaba escuchar. El cambio de frente estratégico impulsado por Cristina Kirchner lo obligó a hacer una respetuosa devolución de gentilezas hacia su gesto. Aunque esto no impide observar que el kirchnerismo está dando manotazos de ahogado. Ahora convocan a Macri. También los derrotados en las urnas ensayan algún tipo de autocrítica y felicitan a los ganadores. Pero las buenas intenciones son puestas en duda por buena parte de la sociedad (con mucha razón) cuando los mismos funcionarios de siempre que forman parte del gabinete nacional , salen a responsabilizar a los medios por su derrota.
Esta historia continuará..
MUY BIEN !! PERO ES UNA FALSA TOTAL !!!!! BASTA DE LOS K
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